viernes, 15 de agosto de 2008

Y TANTO TE AMÉ


Si dijera que te he olvidado, no sólo mentiría, sino que me estaría engañando a mí misma. Yo no quiero recordarte, yo no quiero pensarte, no quiero verte, ni al cerrar los ojos ni al abrirlos, no quiero querer abrazarte cuando te veo; yo sólo quiero dejar de sentirte, como te sentí durante casi cinco años, como te sigo sintiendo ahora, ahora que ya no estás, ahora que hemos fracasado, ahora que de nuevo debemos decir TAMPOCO ÉSTA ERA NUESTRA OPORTUNIDAD.
Tú nunca creíste que yo te quisiera. Sin embargo, fue tanto lo que te amé, que cambié por ti. Tanto te amé, que abandoné mi vida anterior por ti. Tanto te amé, que aprendí a amar de verdad. Tanto te amé, que cualquier objeto me parecía inútil si no lo disfrutaba contigo, cualquier película era aburrida si no acariciaba tu cabeza en mi regazo, dormido y abrazado a mis piernas, mientras la veía. Tanto te amé, que cualquier libro carecía de final si no lo comentaba contigo al acabar de leerlo. Tanto te amé, que ningún día parecía anochecer si no te veía cenando junto a mí. Tanto te amé, que no había mar suficiente para nadar si tú no me estabas mirando desde la arena. Tanto te amé, que el cielo me parecía un pequeño punto sobre mi cabeza cuando te miraba, y ninguna estrella, ningún astro, nada en el universo se me hacía tan grande como sentir un abrazo tuyo. Tanto te amé, que cualquier palabra, con tu voz, se me antojaba una canción. Tanto te amé, que dejé de pensar que hubiese más hombres caminando sobre la tierra. Fue tanto lo que te amé, que me fabriqué una ilusión en torno a una familia que no era mía, sino tuya y de otra mujer. Tanto te amé, que si no me decías TE QUIERO antes de dormir, yo no podía conciliar el sueño. Tanto te amé, que me impliqué de lleno en tu vida, tanto que empecé a vivir tu vida. Tanto te amé, que me inventé un futuro contigo, a pesar de saber que no lo había. Tanto te amé, que no quise hacerte daño, y me lo hice yo misma. Tanto te amé, que tuve que dejarte.
Y tanto te amé, que ahora no puedo dejar de amarte.